Tanto en la familia como en otros entornos, nuestros hijos se encuentran diariamente con la necesidad de gestionar conflictos. Muchos de ellos lo hacen de manera agresiva imponiendo su opinión para salirse con la suya. Otros tienden a callar, a no expresar lo que piensan o lo que quieren, tragan en silencio y luego estallan cuando ya no pueden mas.
La asertividad es un comportamiento comunicacional en el que la persona no se muestra agresiva ni se somete a la voluntad de los otros. Es un modo con el que puede expresar sus convicciones y defender sus derechos y a la vez respetar los de los demás.
El otro día lo explicaba en la pizarra en una sesión y resultó algo así:
En mi trabajo con adolescentes la asertividad es una de las habilidades que en TODOS los casos entreno. Es necesario conseguir no solo que lo entiendan sino que lo sientan, no sólo hay que saberlo sino interiorizarlo.
Todos tenemos unos derechos básicos que nos deben respetar y debemos respetar en los demás:
- Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
- Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
- Derecho a ser escuchado y tomado en serio.
- Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
- Derecho a decir “NO” sin sentir culpa.
- Derecho a equivocarse, a cometer errores.
- Derecho a cambiar.
- Derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir NO.
- Derecho a ser independiente.
- Derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, mi cuerpo, mi tiempo…mientras no violen los derechos de otras personas.
- Derecho a tener éxito, a superarme.
- Derecho a pedir a alguien que cambie su conducta cuando viola los derechos de los demás.
La asertividad puede aprenderse. Es una de las capacidades importantes a adquirir para nuestro desarrollo emocional y se puede entrenar. Los padres y los maestros pueden ser de gran ayuda para lograr su desarrollo pues no hay que olvidar que el ejemplo y el modelo son una de las bases del aprendizaje.
Esta capacidad, que debemos ir enseñando a nuestro hijos desde pequeños, es especialmente importante a partir de la preadolescencia. A partir de los 11- 12 años comienzan a ser más independientes, a tener opinión propia y el grupo de iguales se convierte en su referente, su centro. La amistad a partir de este momento tiene un valor muy estructurante de cara a solventar y solucionar los aspectos mas necesarios de su identidad. Es en este entorno donde deben comportarse con la adecuada asertividad.
EL ADOLESCENTE ASERTIVO….
- comunica sus ideas y sentimientos sin miedo, sin la intención de herir. Esto hace que no se vea en situaciones en las que “mejor me callo para que no piensen….”
- expresa sus opiniones y defiende sus derechos desde la seguridad personal, y no desde la ansiedad, la ira, la culpa. Lograr decir NO sin sentirse mal puede salvarles de verse en situaciones en las que no quieren estar. Podrán reafirmarse antes sus amigos de manera libre y segura.
- sabe que no siempre puede ganar y que los derechos y opiniones de los otros se han de respetar. Esto hace que adquiera tolerancia a la frustración. No siempre podemos obtener lo que queremos.
- entiende la responsabilidad que cada uno tiene para sí, lo que le permitirá no cargarse con todo ni cargar con todo a los demás.
- son personas con un mayor autoestima y autoconfianza.
